Rodillas computarizadas
Las permiten que el paciente, después de un entrenamiento inicial, vuelva a caminar casi con normalidad.
Además, en el caso de los pacientes amputados por encima de la rodilla, pueden incorporarse mecanismos electrónicos inteligentes a la articulación mecánica de la rodilla para simular las funciones biológicas y garantizar un mejor control al estar parado y caminar.
Las prótesis compensan deficiencias luego de una amputación o carencias congénitas, haciendo que el paciente se vea lo más normal posible y, al mismo tiempo, devolviéndole la posibilidad de caminar, pararse y tomar objetos.
El objetivo es permitir que la persona pueda reanudar una vida normal e independiente. El nivel de amputación y las necesidades y capacidades del paciente son fundamentales a la hora de seleccionar una prótesis para cada individuo. Es de gran importancia también que un terapeuta especializado enseñe al paciente cómo cuidar y usar su prótesis.
Las rodillas con microprocesadores, o computarizadas, son relativamente novedosas en tecnología protésica. Un sensor integrado detecta el movimiento y el ritmo, y ajusta el cilindro de mando según el caso. La información en tiempo real recopilada por el microprocesador determina qué ajuste utilizar. La rodilla con control de microprocesador reduce el esfuerzo que los amputados han de realizar para controlar el ritmo, lo que da lugar a un modo de andar más natural.
La pierna computarizada (Pierna-C o C-Leg) tiene una rodilla hidráulica cuya fase de oscilación y de apoyo está controlada por un microprocesador que realiza lecturas de 50 veces por segundo. En el eje de la rodilla existe un acumulador de litio que permite una reserva de energía de hasta 24 horas, con lo cuál el paciente debe cargarla diariamente. Además, la C-Leg puede ser programada para dos modos de ajuste que se cambian fácilmente con sólo golpear un poco el dedo del pie. Un modo se ajusta para el uso diario; el segundo puede usarse como una rodilla con bloqueo en el caso de que el paciente necesite permanecer mucho tiempo de pie o como una rodilla de libre oscilación que no ofrece demasiada resistencia como para, por ejemplo, andar en bicicleta. También existe una versión más corta para amputados con desarticulación de rodilla.
Además, en el caso de los pacientes amputados por encima de la rodilla, pueden incorporarse mecanismos electrónicos inteligentes a la articulación mecánica de la rodilla para simular las funciones biológicas y garantizar un mejor control al estar parado y caminar.
Las prótesis compensan deficiencias luego de una amputación o carencias congénitas, haciendo que el paciente se vea lo más normal posible y, al mismo tiempo, devolviéndole la posibilidad de caminar, pararse y tomar objetos.
El objetivo es permitir que la persona pueda reanudar una vida normal e independiente. El nivel de amputación y las necesidades y capacidades del paciente son fundamentales a la hora de seleccionar una prótesis para cada individuo. Es de gran importancia también que un terapeuta especializado enseñe al paciente cómo cuidar y usar su prótesis.
Las rodillas con microprocesadores, o computarizadas, son relativamente novedosas en tecnología protésica. Un sensor integrado detecta el movimiento y el ritmo, y ajusta el cilindro de mando según el caso. La información en tiempo real recopilada por el microprocesador determina qué ajuste utilizar. La rodilla con control de microprocesador reduce el esfuerzo que los amputados han de realizar para controlar el ritmo, lo que da lugar a un modo de andar más natural.
La pierna computarizada (Pierna-C o C-Leg) tiene una rodilla hidráulica cuya fase de oscilación y de apoyo está controlada por un microprocesador que realiza lecturas de 50 veces por segundo. En el eje de la rodilla existe un acumulador de litio que permite una reserva de energía de hasta 24 horas, con lo cuál el paciente debe cargarla diariamente. Además, la C-Leg puede ser programada para dos modos de ajuste que se cambian fácilmente con sólo golpear un poco el dedo del pie. Un modo se ajusta para el uso diario; el segundo puede usarse como una rodilla con bloqueo en el caso de que el paciente necesite permanecer mucho tiempo de pie o como una rodilla de libre oscilación que no ofrece demasiada resistencia como para, por ejemplo, andar en bicicleta. También existe una versión más corta para amputados con desarticulación de rodilla.
La prótesis adaptable es una generación de control con microprocesador. Esta rodilla de eje sencillo presenta un cilindro híbrido neumático e hidráulico controlado por microprocesadores con sensores de oscilación, fuerza y tiempo que detectan los cambios en la marcha 62.5 veces por segundo. Puede ser programada para la recuperación del tropezón, subir y bajar escaleras, rampas y varias velocidades de marcha. La prótesis adaptable no necesita un segundo modo para montar en bicicleta.
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